LA ENERGIA DE LA BUENA VOLUNTAD

Se reconocen TRES PRINCIPIOS  fundamentales requeridos para la  tarea de establecimiento de la Buena Voluntad en las relaciones humanas:

Ø     El principio de participación, indudablemente necesario para establecer correctas relaciones humanas. Aceptar que todos como individuos formamos parte de todos los hechos, causas y consecuencias de la entera humanidad, y que nuestra participación es decisiva aunque nos parezca ínfima o a veces despreciable.
Ø     El principio de cooperación y de fraternidad, es el secreto de todas las relaciones humanas y el enemigo de la competencia. No existen problemas y condiciones que no pueden ser resueltos por la buena voluntad al bien. La buena voluntad nutre el espíritu de comprensión y fomenta la manifestación del principio de cooperación.
Ø     El principio de responsabilidad, que nos hace asumir el protagonismo de las relaciones humanas. Hay una hermandad entre los hombres que cuando es reconocida, disuelve todas las barreras y pone fin  al espíritu de separatividad y de odio. La paz y la felicidad de cada uno por lo tanto, concierne a todos, Esto desarrolla el principio de responsabilidad y sienta las bases para la correcta acción conjunta y colectiva.

Estas creencias son básicas en los hombres y mujeres de buena voluntad y proporcionan el incentivo para todo servicio y acción. Estas tres verdades enunciadas prácticas y científicas, no son contrarias a ninguna posición mundial, ni subversivas para ningún gobierno o actitud religiosa, siendo innatas en la conciencia de los hombres, evocando una inmediata respuesta. Cuando sean aceptadas, sanarán todas las llagas de la humanidad.

Muchas cualidades y energías diversas hacen hoy impacto en la conciencia humana, produciendo efectos constructivos y destructivos. La  energía mas necesaria, si queremos entrar sin peligro en la nueva era es la de la buena voluntad. Los mejores planes fracasan si quienes los desarrollan carecen de mutua buena voluntad. Sin buena voluntad no es posible obtener resultados reales ni duraderos. El espíritu de buena voluntad es un requisito esencial para la solución creativa de los numerosos problemas de la humanidad. La buena voluntad es la base común en la cual pueden encontrarse todas las razas y los credos.
Los primeros intentos humanos de expresar el Amor Incondicional, pueden traducirse en buena voluntad. Buena Voluntad es Amor en Acción, es la puesta en valor y la alineación de Corazón y Razón, de sentir y pensar, constituye la expresión inferior del verdadero Amor y la más fácil de comprender.
Ha llegado el momento, aunque sea circunstancialmente de no hablar ya de amor, de amar a sus semejantes y de utilizar el amor para resolver los problemas, sino de hablar desde un nivel más simple de comprender y práctico, el de la buena voluntad. Para muchos, el empleo de la palabra amor en las cuestiones grupales y en las relaciones con los demás no tiene mayor sentido. La buena voluntad no ha perdido su significado y puede ser comprendida por todos: Buena voluntad es Amor en Acción.
La buena voluntad no tiene dirección si no está controlada por el pensamiento. La mente proporciona esta dirección y ayuda al individuo a discernir entre lo correcto y lo erróneo, a elegir entre lo bueno y lo malo y a dirigir la energía hacia los canales deseados.
Efectivamente, la energía sigue al pensamiento y esto atañe a la energía de la buena voluntad generalmente considerada como un impulso esencialmente emocional y de afinidad como cualquier otro tipo de energía. La mente es mejor conductora de la potencia de la buena voluntad y del amor divino que las emociones. Hasta no haberlo experimentado resulta difícil creerlo porque, comparado con el sentimiento, el pensamiento parece ser frío para la mayoría de loas personas. Sin embargo, es imposible evadir  los espejismos y prejuicios personales hasta no haber pasado de la vida emocional al nivel más impersonal de la mente.
Si la buena voluntad constituye la expresión del verdadero amor que la humanidad puede expresar en su actual etapa de evolución su aplicación mediante la inteligente dirección mental puede ser de enorme potencia en todos los planos de la experiencia y actividad humana.
Como un hombre piensa en su corazón, así es él”, es otra expresión de la verdad de que “la energía sigue al pensamiento” . Pensar con el corazón, es abrir el canal de comunicación entre el sentir y el pensar para conectarnos con nuestra Alma y de esta manera, recibir la energía de Amor para difundirla en nuestro corazón y distribuirla en nuestras vidas, en nuestras actividades y por todo el mundo.

Invocando las Energías de Luz, Amor y Poder, a través de la GRAN INVOCACIÓN, nos alineamos con la Buena Voluntad y al evocarlas esa energía se manifiesta en el Aquí y el Ahora.

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