La ciencia de la meditación comprende el hecho de que un ser humano es esencialmente una entidad espiritual ocupando la forma de una personalidad. La personalidad misma está compuesta por cuatro vehículos o cuerpos: mental, emocional, etérico y físico denso.
La meditación tiene como objetivo permitir el control y la utilización correctos de estos vehículos, integrándolos en un todo unificado y coordinado para fusionar finalmente la personalidad integrada con el alma.
Cada uno de los vehículos de la personalidad es el agente de un tipo particular de energía y experiencia, proporcionando a la vez un mecanismo de percepción y un medio de expresión. La mente, o cuerpo mental, distingue lo verdadero de lo falso, evalúa los hechos y pesa las opiniones e ideas de otros. La mente planifica y decide; es esencialmente un mecanismo ejecutor que actúa como iniciador de toda acción. El cuerpo emocional es ese elemento de la personalidad que percibe y expresa sentimientos - amor, odio, deseo, aspiración, enojo o la gran masa de todas las demás emociones, en su más elevada vibración es el aspecto generador o creador de toda idea y acción. El cuerpo etérico es el cuerpo energético que interpenetra la materia física densa y la condiciona por el tipo y la calidad de energía que fluye a través de los canales etéricos. Este cuerpo es el medio de contacto y respuesta con el océano de energías en que vivimos, siendo el ámbito de comunicación de nuestra personalidad. A través de él nos conectamos con la información del mundo exterior y de nuestros espacios interiores. El vehículo físico denso funciona ampliamente como un autómata, respondiendo a los pensamientos y sentimientos que fluyen como energías a través del cuerpo etérico, motivando las actividades físicas.
El trabajo de meditación es necesario para armonizar las facultades de pensamiento y sentimiento, coordinar e integrar los cuerpos mental y emocional en un todo coherente, evocando el flujo de energía del alma. Cuando los cuerpos mental, emocional y físico son guiados por el propósito espiritual, los conflictos internos son resueltos y la personalidad integrada llega a ser un puro vehículo para la expresión del alma, un medio para liberar mayor luz y amor en el mundo de los asuntos humanos.
(La Ciencia de la Meditación )
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